Interpretar una carta astral


Para interpretar correctamente una carta astral, el Astrólogo debe valorar y determinar con detenimiento dos factores importantísimos que aparecen en el mapa natal:

La fuerza, es decir, la calidad y cantidad de energía con que cada uno de los planetas actúa en el mapa natal. Es lo que se llama determinar el «estado celeste» de los planetas. Ello se realiza estudiando la relación entre el planeta y el signo zodiacal en el cual está situado en el momento del nacimiento. Hay signos zodiacales en los cuales un planeta es fuerte, actúa con gran poder, se siente como en su propia casa, sin trabas ni impedimentos,  proyectando por ello en el destino de la persona mucha más «luz» que «sombra», es decir mucha más energía positiva que negativa. Por otro lado, hay otros signos en los cuales los planetas están tibios, ni fuertes ni débiles, proyectando por ello al mismo tiempo luz y sombra. Finalmente, hay otros signos zodiacales en los cuales un planeta se encuentra débil, es decir, se siente muy a disgusto e incómodo, proyectando por ello más sombra que luz en el destino de la persona.

Interpretar una carta astral

Carta astral

Una vez analizada esa relación planeta/signo zodiacal, se pasa a analizar y estudiar las distancias que mantienen entre sí el conjunto de planetas. Técnicamente estas distancias reciben el nombre de aspectos planetarios, y son, simbólicamente, como una especie de manos que se tienden de unos a otros, unas veces para ayudarse y colaborar fructíferamente, otras veces para luchar entre sí antagónicamente con fiereza, intentando un planeta frustrar o hacer fracasar lo que el otro promete o intenta realizar.

Hemos finalmente aquí de aclarar que los términos «luz y sombra» arriba citados son utilizados para que entendamos que dentro de una carta astral los planetas siempre son ambivalentes o duales, y depende de su estado y fuerza celeste el hecho de que proyecten en el tema natal o bien sus cualidades más positivas o bien sus defectos más conflictivos. En términos más modernos se suelen utilizar  las palabras  «fluida» o «tensa», «armónica» o «inarmónica», para calificar las energías planetarias, dado que la división entre bueno y malo es demasiado determinante y rígida en el lenguaje astrológico y sobre todo  puede dar lugar a malentendidos.

En una carta astral es el lugar o sector de la vida del nativo en el que dicha energía, luz o sombra, va a concretarse y manifestarse en acontecimientos y rasgos de destino importantes. Es lo que se llama determinar el «estado terrestre» de los planetas. Ello se realiza mediante el estudio de la relación planeta/Casa terrestre en donde actúa. Para ello, y de acuerdo a las coordenadas geográficas del lugar de nacimiento, toda Carta Natal se divide  en doce sectores o Casas, a partir del Ascendente (que es el lugar donde empieza el sector o Casa 1),  y que son numerados correlativamente desde el 1 al 12.

En dichos sectores, también llamados Casas terrestres ó Casas mundanas, se clasifican todas las posibles actividades o acontecimientos de la vida y también los rasgos peculiares del individuo. Como ya se ha citado, las Casas tratan temas tan importantes y diferentes como por ejemplo, la salud y vitalidad física, los ingresos económicos, los romances y aventuras amorosas, la vida matrimonial, las posibilidades de tener hijos, el mundo de los amigos, los viajes, los estudios, el tipo de trabajo o relación laboral que el nativo va a tener, etc.  Puesto que la Carta Natal es una fotografía «fija» de los planetas, éstos en el momento del nacimiento estarán situados en tal o cual casa, y por ello, nos indicarán, a través de su posición terrestre, los sectores de la vida en donde van a proyectar su energía, su luz o su sombra antes mencionados.

Indudablemente, al igual que ocurría antes al estudiar el estado celeste de los planetas, hay Casas terrestres que son armónicas y muy favorables al desarrollo de la energía de un determinado planeta, otras Casas son más insípidas o neutras y no actúan ni a favor ni en contra, y por último hay Casas que son muy diferentes y antagónicas al desarrollo de las posibilidades que pueda traer consigo el planeta actuante.

Solo tras valorar paso a paso todo lo anteriormente citado, el Astrólogo puede emitir una valoración objetiva de  las posibilidades que ofrece una carta astral, debiendo de realizar finalmente la síntesis de todas las tendencias inicialmente apuntadas, es decir, aunar todos los puntos individualmente estudiados y sacar las conclusiones definitivas. El Arte de la interpretación astrológica empieza aquí en este punto, pues realmente la misión del astrólogo es la de aconsejar certeramente al nativo acerca de los rasgos más marcados que aparecen en la Carta Natal.

Una buena síntesis deberá estar formada por un resumen, por un esquema o por un gráfico fácil de entender, de los rasgos psicológicos más importantes del nativo, tanto sus cualidades y aptitudes innatas como también sus defectos más enraizados. El mismo esquema o resumen deberá de hacerse también de aquellas tendencias astrológicas que se señalan como más notorias en la Carta astral, y que nos dirán las diferentes situaciones, experiencias y campos por donde el nativo deberá de experimentar, trabajar y aprender en la vida. El lenguaje deberá de ser claro y fácilmente entendible, pues es vicio de muchos astrólogos el perderse en tecnicismos y palabras de difícil comprensión.


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